La articulación del hombro está formada por los huesos de la escápula y el húmero y recubiertos por cartílago que permiten un movimiento de la articulación suave e indoloro, tiene unos ligamentos que refuerzan a la cápsula y dan estabilidad al hombro: el ligamento coracohumeral o superior y los ligamentos glenohumeral superior, medio e inferior.
Sobre la cabeza del húmero se sitúa el espacio subacromial, formado por las siguientes estructuras: la articulación acromioclavicular, el acromion, el ligamento coracoacromial y la apófisis coracoides.
En el interior de este espacio encontramos el manguito de los tendones rotadores y la porción larga del tendón del bíceps. El manguito de los rotadores esta formado por los tendones de cuatro músculos que tienen su origen en la escápula y se insertan en humero. Estos músculos son el subescapular, el supraespinoso, el infraespinoso y el redondo menor.
La función los músculos del manguito rotador es estabilizar la articulación del hombro al elevar el brazo y a su vez realiza la flexión y la rotación externa del brazo.
En este espacio tenemos una bursa (bolsa subacromial) situada entre la escápula y manguito de los rotadores para evitar que éste roce contra el acromion.
HOMBRO DOLOROSO (Síndrome Subacromial – Tendinitis Manguito – Bursitis)
La causa más frecuente de dolor de hombro es la inflamación de los tendones que forman el manguito de los rotadores (tendinitis) y la inflamación de la bursa subacromial (bursitis), suelen ser los causantes del llamado síndrome subacromial, el cual se produce como consecuencia del roce y la irritación mecánica del manguito de los tendones rotadores por una disminución del espacio subacromial (espacio entre el acromio y la cabeza del humero donde discurren dichos tendones).
Las fases por las que pueden pasar las lesiones del manguito son: primero edema e inflamación del manguito, especialmente frecuente en el tendón supraespinoso, en una segunda fase fibrosis y engrosamiento del tendón para al final producirse si no se trata adecuadamente una rotura del manguito.
Las Causas de las lesiones de los tendones del manguito:
1.- En el tendón supraespinoso existe una zona crítica situada a 1cm de su inserción en el humero (troquiter), cuya vascularización es precaria.
2.- Las alteraciones degenerativas del manguito rotador, ocurren de forma fisiológica a partir de la quinta década de la vida y puede verse agravada por fricción o roce contra la superficie subacromial.
3.- La acción de microtraumatismos repetidos produce sobre un tendón degenerado previamente la rotura progresiva del mismo, también una luxación de hombro produce a veces rotura del manguito rotador que puede pasar desapercibida En los deportistas que trabajan levantando el brazo por encima de la cabeza (lanzadores, nadadores), se produce una elevación forzada del brazo que afecta a la vascularización de la unión distal del manguito y se produce una isquemia crónica (décifit vascular) de estos tendones, además de un rozamiento crónico del tendón supraespinoso y la bolsa subacromial contra el acromion.
4.- La artrosis acromioclavicular o acromiohumeral y en especial la existencia de un osteofito (crecimiento del hueso en forma de pico por la artrosis) en la cara inferior del acromion, producen un severo rozamiento con los tendones del manguito rotador.
El síntoma dominante en las lesiones de los tendones rotadores del hombro es el dolor en el hombro que puede extenderse hacia el brazo. La sensación de dolor suele aumentar con los movimientos del brazo, sobre todo con la elevación del brazo contra resistencia y con los movimientos de rotación del hombro, muchos pacientes también describen dolor nocturno, con el tiempo se produce inflamación crónica y aparece además del dolor, limitación de la movilidad (rigidez articular) y finalmente se produce degeneración y rotura tendinosa con atrofia muscular, pérdida de fuerza para la elevación y la rotación externa y crujidos o crepitación en la zona subacromial
Diagnóstico:
El diagnóstico incluye un cuidadoso historial realizado por el medico y un examen físico especifico para evaluar cada tendón, se puede detectar atrofia de la musculatura y perdida de fuerza si los tendones del manguito están lesionados desde hace tiempo.
Como pruebas complementarias para el diagnostico del síndrome subacromial pedimos las Radiografías para ver la forma de los huesos del hombro, especialmente el acromion y ver si existen calcificaciones de los tendones, la Ecografía y sobre todo la Resonancia Magnética es sin duda la prueba de elección ante una sospecha de lesión del manguito de los rotadores.
Si el diagnóstico es de un cuadro de conflicto (dismunición del espacio) o una inflamación del tendón del manguito sin rotura, se debe intentar un Tratamiento Conservador con un periodo de reposo, medicación oral con antinflamatorios y tratamiento rehabilitador encaminado a recuperar la fuerza, la movilidad del hombro así como una mejoría del dolor, la inflamación y la atrofia. Algunas veces responden al tratamiento con infiltraciones en el espacio subacromial haciendo desaparecer la inflamación y el dolor.
Si no mejora con el tratamiento conservador durante unos tres meses, hoy día el tratamiento quirúrgico de elección de las lesiones del manguito es la descompresión subacromial y reparación del manguito por Cirugía Artroscópica. Este procedimiento permite limar el hueso del acromion para ampliar el espacio subacromial (acromioplastia), extirpar la bolsa subacromial y la reparación si hay rotura de los tendones, mejorando así el dolor ocasionado por el Conflicto Subacromial.
La Cirugía abierta del hombro hoy día se va relegando a grandes conflictos subacromiales con roturas-desinserciones masivas del manguito rotador o extirpación de grandes calcificaciones, realizando una extirpación de la bolsa subacromial, una osteotomía de la parte anterior del acromion ampliando el espacio subacromial (disminución del espacio o pinzamientos) y si el manguito rotador presenta una rotura se sutura o reinserta.
La rehabilitación del hombro es de las articulaciones más difícil de tratar, necesitando la colaboración entre paciente, cirujano, rehabilitador y fisioterapeuta.
En caso de descompresión subacromial sin rotura o pequeñas roturas, el programa de rehabilitación puede durar unos dos meses, en las lesiones más grandes y severas pueden ser necesarios hasta tres o cuatro meses para conseguir la recuperación completa, pero generalmente a las tres semanas, el paciente suele ser autónomo para muchas actividades que no requieran grandes esfuerzo ni levantar los brazos.